martes, 13 de mayo de 2008

Freya Stark: La primera occidental en el Valle de los Asesinos



En la Edad Media, la llamada secta de los Asesinos había sembrado el terror en Oriente

Medio con sus sangrientos atentados y crímenes. Freya Stark fue la primera europea que se adentró en sus inhóspitos dominios. Esta "criatura intrépida", como la definió Lawrence de Arabia, llevó una vida nómada desde su nacimiento hasta su muerte, a los 100 años. Se enamoró del desierto y trabajó para evitar que el mundo árabe se apuntara a la causa del Tercer Reich.
María Ares, periodista


"Quería espacio, distancia, historia y peligro, y me interesaba el mundo vivo." Esta fue la filosofía que movió a Freya Stark (1893-1993), que heredó de sus padres el espíritu viajero, siempre de aquí para allá. Estos se separaron cuando aún era una niña, y ella y su hermana abandonaron Francia para ir a vivir con su madre a Italia. Freya ganó un hogar, pero perdió a su padre y una privilegiada posición económica. Vivió en el umbral de la pobreza y no pudo recibir una educación convencional, algo que siempre lamentó. Tenía un gran deseo de aprender y leía todo lo que caía en sus manos. Conoció Las mil y una noches y el mundo descrito en esa obra le parecía un sueño. Desde entonces quiso escapar a Oriente.

Estudió el idioma y la cultura árabes, y cuando se consideró preparada y reunió el dinero necesario, se embarcó con una amiga rumbo a Beirut, en 1927. Deseaban explorar la región siria de Jebel ed-Druz, o "Montaña de los drusos", pero esta se encontraba bajo la ley marcial francesa y un cordón militar impedía el paso a los civiles. Lo cruzaron y fueron detenidas, aunque las soltaron porque las consideraron dos europeas locas que no constituían ninguna amenaza.
Texto revista CLIO

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