jueves, 17 de abril de 2008

Hasan-i Sabbah o El viejo de la montaña



El Viejo de la Montaña en una representación cristiana medieval.
Hasan-i Sabbah (Qom, Irán, 1034?, Alamut, 12 de junio de 1124), también conocido como "El Viejo de las Montañas", fue un reformador religioso, autor y precursor de la "nueva" predicación o da'wa de los ismailitas nizaríes, que pretendía reemplazar la "antigua" da'wa de los ismailitas fatimitas de El Cairo.
Hasan-i Sabbah (حسنى صباح es la variante persa de su nombre. También suele aparecer citado por la forma árabe, Hasan al-Sabbah (حسن الصباح o sus variantes Hasan ibn al-Sabbah (حسن بن الصباح, Al-Hasan ibn al-Sabbah (الحسن بن الصباح o el sobrenombre Alauddin (علاء الدين.
Es conocido sobre todo por haber sido el inspirador y jefe de los llamados hashshashín (حشاشين palabra que ha pasado a numerosas lenguas como "asesino") o Secta de los Asesinos, ya que la comunidad que fundó y dirigió utilizaba con frecuencia el homicidio político como estrategia. La mayor parte de los datos sobre Hasan y sus seguidores proceden de sus enemigos, ya que la documentación generada por la secta fue destruida por los mongoles cuando arrasaron la fortaleza de Alamut, sede de la misma.
Rashid al-Din, uno de sus dos biógrafos, describe a Hasan como descendiente directo de los reyes Himyaríes del Yemen y que su padre llegó procedente de Kufa en el actual Iraq. Por el contrario, Ata Malik Juvayni, su otro biógrafo, sugiere que el padre de Hasan vino desde el Yemen, pasando por Kufa.

Primeros años
El propio Hasan escribió una autobiografía de los primeros años de su vida en una obra llamada "Sar-Guzasht-i-Sayyidna" (Aventuras de nuestro Señor), que se encontraba en la biblioteca de Alamut. Tras la toma de la fortaleza en 1256 por el mongol Hulagu Jan, la obra sería destruida.
Hasan fue educado por su padre en la fe chiita, mostrando gran interés por la religión desde la niñez. Sus creencias comenzarían a cambiar tras conocer a Amira Zarrab, un da'i o misionero ismailita, quien le introdujo nuevas ideas religiosas que lo alejarían lentamente de la ortodoxia.
Una grave enfermedad haría reflexionar a Hasan sobre las enseñanzas de Zarrab. La idea de morir antes de conocer una nueva verdad fue suficiente para abrazarse a la nueva fe. Otro misionero ismailita, Abu Najm Sarraj, le iniciaría en la adquisición de nuevos y recónditos puntos de vista. Por último, Mu'min, un tercer misionero, le administró un juramento de fidelidad pasando de este modo a formar parte de la secta ismailita, en la cual, no tardaría en alcanzar una posición importante.
En 1071, Abd al-Malik ibn at-Tash, jefe de los ismailitas por entonces, nombró a Hasan como da'i oficial, ordenándole marchar como misionero a Egipto. Este sería el inicio de un período de veinte años dedicado a la misión y los viajes, que terminaría cuando Hasan decidió establecerse en Alamut.
La leyenda afirma que en su juventud, Hasan llegó a entablar amistad con dos de los hombres más grandes de su tiempo: el astrónomo y poeta Omar Jayyam y el político Nizam al-Mulk. Este último, años más tarde, mandaría perseguirlo para impedir que siguiera propagando su ideología revolucionaria, y sería ajusticiado por un miembro de la secta.

Sus viajes
Antes de llegar a Egipto en 1078, Hasan estuvo por Azerbaiyán, Mayyafairiqin y Damasco. De su estancia en Egipto durante un año y medio se sabe muy poco, aunque se cree que fue aquí donde Hasan comenzó a concebir la futura orden de los Asesinos.
Desde Egipto regresó a Isfahán pasando antes por Alepo. Más tarde viajaría durante nueve años por Persia, pasando por Yazd, Kirmán y Juzistán. Después pasaría tres años en Damghan donde parece ser que se apoderó del castillo de Girdkuh y estableció un importante centro de los Asesinos. Desde Damghan enviaría los primeros misioneros a la región de Alamut.
En sus viajes iba buscando nuevos adeptos a la fe ismailita que le permitieran fundar una comunidad permanente y fuertemente defendida. La búsqueda de un lugar adecuado para tal comunidad hizo que Hasan se fijara en la zona de los Montes Alborz, conocida antiguamente como Tabaristán, que se corresponde con las modernas provincias de Gilán y Mazandarán en la actual Irán. Durante muchos siglos esta zona sirvió de refugio a ismalitas y otros heterodoxos musulmanes.

Alamut
El envío de un da'i a Alamut permitió que algunos de los habitantes de la fortaleza fueran convertidos, quienes a su vez intentaron convertir a Alid, su gobernador. Alid fingió convertirse, con lo que consiguió conocer a todos los conversos y expulsarlos del castillo.
Tras este fracaso, Hasan siguió por los alrededores de Daylán convirtiendo a muchos gracias a sus dotes de persuasión y gran ascetismo. Por otro lado, los expulsados de Alamut consiguieron convencer a Alid para que los perdonara y les dejara entrar nuevamente al castillo, lo cual facilitó la entrada clandestina de Hasan. Cuando el gobernador descubrió su existencia ya no pudo hacer nada dado que la mayoría de los residentes de Alamut eran fieles a Hasan.
De este modo Hasan tuvo lo que deseaba: una base segura y permanente desde donde enviar dai's a todo el mundo. Al mismo tiempo siguió una política de expansión territorial, apoderándose de castillos o construyendo otros nuevos. Aquí comenzaría a desarrollarse la secta de los Asesinos, que pasaron a la historia como encarnizados terroristas.
La vida en Alamut, y probablemente en el resto de fortalezas, era sumamente rígida y austera. la legendaria severidad de Hasan se pone de manifiesto en dos incidentes en los que mandó dar muerte a sus propios hijos. El mayor, Ustad Husain fue ejecutado tras la que luego sería falsa acusación de estar involucrado en la muerte de un daí. Muhammad, su segundo hijo lo mandó ejecutar por beber vino.
En sus últimos días, tras caer gravemente enfermo, nombró como sucesor a Buzurg'umid y como "canciller de propaganda" a Dihdar Abu Ali, ordenándosles, junto a su canciller militar, Kiya Ba Ya'far, que se hicieran cargo de su reino. Así dejó garantizada la transmisión de poderes; poco después moriría.
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Nizaríes o secta de los asesinos




Los nizaríes, a quienes sus enemigos llamaron hashshashín, de la que procede el término asesinos, fueron una secta religiosa ismailí de Oriente Medio, activa entre los siglos VIII y XIII. Se hizo famosa a partir del XI por su actividad estratégica de asesinatos selectivos contra dirigentes políticos o militares. En ese período, tuvo su sede principal en la fortaleza de Alamut, en los montes Elburz, al norte del actual Irán.
Origen
El grupo, en origen, no era más que una comunidad de partidarios del ismailismo en Irán, es decir, una secta minoritaria del chiísmo, a su vez minoritario en un país eminentemente sunní. El gran centro de poder ismailí era el califato Fatimí con sede en El Cairo. En 1090, para ponerse a salvo de las persecuciones, y dirigidos por el carismático Hasan-i Sabbah o Hasan al-Sabbah, tomaron la fortaleza de Alamut, una posición inexpugnable en las montañas, al sur del Mar Caspio.
Aunque su principal y más conocida sede era Alamut, poseían muchas otras plazas fuertes en Irán y Siria, de modo que conformaban una red cohesionada y bien comunicada, a la que algunos autores califican de Estado. Los castillos nizaríes eran difícilmente conquistables: se construían en lugares poco accesibles, aprovechando accidentes del terreno, y solían estar bien provistos en cuanto a fuentes de agua y alimentos. Desde estos lugares, los ismailíes extendieron su predicación por Irán y Siria, lo que fue visto como una amenaza por los sultanes de la dinastía turca de los selyúcidas, que controlaban Irán. Emprendieron varias acciones militares contra los ismailíes, que no tuvieron gran éxito. En revancha, los ismailíes emprendieron su estrategia de asesinatos políticos contra dirigentes políticos o militares. Una de sus primeras víctimas fue el visir Nizam al-Mulk en 1092.
Dos años más tarde, en 1094, murió el califa fatimí Al-Mustansir, cabeza del ismailismo, y estalló una guerra de sucesión entre sus hijos Musta'li y Nizar. Los ismailíes de Irán tomaron partido por este último, que finalmente fue derrotado, provocando una ruptura entre los seguidores de Hasan-i Sabbah (que en lo sucesivo se llamarían nizaríes) y la mayoría de los ismailíes.
Los "asesinos"
A pesar de su escaso número, los nizaríes parecen haber aterrorizado enormemente a sus enemigos. Realizaron muchas acciones mortíferas y lograron alcanzar a personajes muy protegidos, creando la leyenda de que nadie podía escapárseles. El 22 de mayo de 1176 intentaron asesinar a Saladino durante el Asedio de Alepo, en los años precedentes a la tercera cruzada. El famoso caudillo kurdo respondió asediando la posición nizarí siria de Masyaf, pero acabó desistiendo. Fuentes nizaríes dicen que el propio jeque o líder nizarí se coló en la tienda de Saladino mientras éste dormía, dejándole un pastel envenenado con una nota que decía: "estás en nuestras manos". Otra versión habla de una carta enviada a su tío materno jurando la total destrucción de la familia ayyubí. El caso es que desde entonces, Saladino mantuvo buenas relaciones con los nizaríes. También fueron víctimas de la secta el califa abbasí Al-Mustarshid, y más tarde su hijo Al-Rashid. La gran mayoría de sus víctimas fueron musulmanes, y quizá por eso la mayor parte de los datos manejados tradicionalmente en Europa sobre los asesinos no proceden de fuentes cristianas directas sino sobre todo de una indirecta y dudosa: Marco Polo.
El viajero veneciano habla de los nizaríes en sus relatos de viajes, y asegura haber visitado Alamut en 1273, lo cual es obviamente falso, ya que la fortaleza fue destruida en 1256 por los mongoles. De Marco Polo procede también la leyenda de los guerreros drogados con hachís en el falso paraíso. Un siglo antes, un viajero menos conocido, el judío navarro Benjamín de Tudela, menciona la secta de los asesinos y a un jefe llamado "el viejo", aunque afirma que su sede principal era Kadmos y no Alamut.
Fue Marco Polo quien popularizó en Europa la leyenda del origen del nombre de Asesinos con el que la secta pasó a la historia en occidente. El término asesino, que hoy es una palabra común, procede del árabe hashshashín, que literalmente significa "consumidores de hachís". Este término, al igual que como muchos otros datos sobre la secta, procede de sus numerosos enemigos, ya que la mayor parte de la documentación nizarí fue destruida con el castillo de Alamut.
Los homicidios políticos practicados por los nizaríes pretendían ser ejemplificadores y se hacían a plena luz del día, cuando la persona objeto del atentado estaba rodeada de público, lo que suponía que el asesino era capturado y ajusticiado invariablemente tras cometer su asesinato. La leyenda atribuye el arrojo y el encarnizamiento de los homicidas, que sabían que no saldrían vivos de su acción, al consumo de hachís, o quizá de otras drogas llamadas genéricamente por este nombre. Una versión más elaborada de la leyenda cuenta que los dirigentes de la secta captaban a las personas destinadas a matar a los oponentes políticos del siguiente modo: eran drogados con hachís hasta quedar dormidos. Entonces se les llevaba a un jardín secreto del castillo de Alamut, lleno de agua, animales exóticos, árboles frutales y bellas mujeres, donde despertaban creyendo que se encontraban en el paraíso. Tras gozar durante unas horas del supuesto edén, era de nuevo drogados por las doncellas y despertaban en el punto de partida. Un líder de la secta les decía entonces que habían tenido el privilegio de conocer el paraíso y que podrían volver a él, por toda la eternidad si se sacrificaban en pro de la causa. Esto explicaría el valor que demostraban en sus acciones armadas. La palabra hashshāshīn, plural de hashshāsh, pasaría a las lenguas europeas como asesino, con el significado de "homicida". Algunos autores, como Amin Maalouf, contestan a esta etimología, y dicen que la palabra procede de asāsiyyīn "fundamentalistas".
En realidad, la relación de los nizaríes con el hachís no está atestiguada y muchos estudiosos la consideran poco probable. Sí es más probable que se les diera ese nombre de foma genérica y posteriormente tomara ese sentido, forjándose la leyenda.
El término nizaríes es quizá el nombre más neutro. La secta solía llamarse a sí misma al-da'wa al-yadīda الدعوة الجديدة, que en árabe significa "la nueva predicación" o "nueva doctrina, y los que realizaban acciones armadas se llamaban a sí mismos fedayín fidā'iyyīn, plural de fidā'ī, esto es, "los que están dispuestos a dar la vida por una causa".
Del Viejo de la Montaña a la invasión mongola

El Viejo de la Montaña en una representación cristiana medieval.
La época de Hasan-i Sabbah, llamado también el Viejo de la Montaña, ha pasado a la historia como la del auge de la secta, del mismo modo que se ha considerado Alamut como el principal, si no único, centro de irradiación nizarí. Hasan es fácilmente representable como el arquetipo de personaje de inteligencia maligna, sin escrúpulos y ávido de poder, muy del estilo de la imagen que circula hoy sobre Osama bin Laden, con quien se le ha comparado, u otros grandes enemigos públicos. En contrapartida, muchos autores, y desde luego los actuales ismailíes, hablan de su gran producción intelectual, su carácter piadoso y austero, su convicción y su genio militar. Lo cierto es que los nizaríes siguieron existiendo tras su muerte en 1124, y desde varios puntos de vista los aspectos más importantes de la secta son posteriores al carismático líder. Los dirigentes de la secta residieron en otros lugares aparte de Alamut, y muchos de ellos fueron conocidos también con el sobrenombre "viejo de la montaña", lo que es lógico teniendo en cuenta que se les aplicaba el tratamiento de shayj, que etimológicamente significa "anciano" en el sentido de "venerable", y que forzosamente residían en la montaña pues las fortificaciones nizaríes se construían en lugares escarpados para defenderse mejor de sus múltiples enemigos.
A Hasan le sucedió su lugarteniente, Buzurg Ummid "Gran esperanza", y tras él su hijo, Muhammad I, en 1138. Los nizaríes seguirán practicando sus estrategias de asesinato contra los turcos y otros enemigos políticos de manera intermitente, aunque sonada: algunos de sus asesinatos más famosos son de esta época posterior al Viejo, como se ha dicho más arriba.
En tanto que rama minoritaria del ismailismo, que a su vez es rama minoritaria del chiísmo, y éste rama minoritaria del Islam, los ismailíes eran percibidos por la población (mayoritariamente sunní como la heterodoxia dentro de la heterodoxia, lo que explica que la mayor parte de la documentación que existe sobre la secta dé a entender que su carácter islámico era solamente aparente. Se suele insistir en su aspecto batiní, esto es, esotérico, y se dice que incluso llegaron a negociar con el rey Amalrico I de Jerusalén su conversión al cristianismo por razones de conveniencia, pretensión que habría sido abortada por las maquinaciones de los Templarios.
El hecho es que el Islam ismailí, aunque se atiene al ritual y las prescripciones legales de la religión, considera que éstas son secundarias respecto a la finalidad realmente importante, que es el conocimiento esotérico de los mensajes ocultos en el Corán. Esto ha propiciado que del ismailismo hayan surgido, en una nueva vuelta de tuerca, derivaciones cuya islamicidad está puesta en tela de juicio por la mayoría de los musulmanes, como las de los drusos y alauíes.
En 1162, Hasan II sucede a su padre Muhammad I. Bajo su mandato se produce una de esas vueltas de tuerca, uno de los hechos más notables en la historia de los los nizaríes. En el mes de Ramadán de 1164, anunció, en nombre del Imam oculto, que había llegado el momento de la "gran resurrección" (qiyama), con lo que ya no tenía sentido cumplir las prescripciones musulmanas ni seguir la sharia. El ayuno de Ramadán fue prohibido, y se alentó a los fieles a beber libremente alcohol. El reinado de Hasan II será breve, ya que 18 meses más tarde será asesinado por un partidario de la vieja doctrina. Sin embargo, su hijo Muhammad II siguió los pasos de su padre. Fue el hijo de éste, Hasan III, quien puso fin a la herejía tras la muerte de Muhammad II, en 1210. Los nizaríes, además, en adelante seguirán los rituales sunníes y no los chiíes.
El declive
El poder nizarí desapareció al tener que enfrentarse a dos enemigos muy poderosos. De un lado, la dinastía de los mamelucos, que había sucedido en Egipto al sultanato ayubí, y cuyos ejércitos, dirigidos por el sultán Baybars, tomaron el último baluarte nizarí en Siria en 1273. En Irán, tras el reinado insignificante y violento de Muhammad III, que dura hasta 1255, su hijo Jur Shah debe enfrentarse con el avance de las tropas mongolas dirigidas por Hulagu Jan, nieto de Gengis Jan, dispuesto a arrasar Oriente Medio.
Los mongoles conseguirán asediar y destruir una a una todas las fortificaciones nizaríes, incluida Alamut, que quedó reducida a los cimientos, desapareciendo con ella su gran biblioteca. Jur Shah morirá camino de Mongolia, y de su familia sólo sobrevivirá uno de sus hijos, al parecer ocultado a tiempo para preservar la sucesión. Muchos nizaríes fueron masacrados.
Se sabe poco de la historia de los nizaríes tras este periodo de destrucción y masacre. Los restos de la comunidad se dispersan en grupos aislados y sobreviven discretamente, amenazados y débiles ante los musulmanes ortodoxos.
El renacimiento
En el siglo XV hay un cierto resurgir de la secta: desde la ciudad iraní de Anjudan se retoman las predicaciones y se envían misioneros a la India y Asia Central. La predicación consigue realizar gran cantidad de conversiones. En la India, los nuevos nizaríes se llamarán Khodjas o Joyas.
En el siglo XIX, el lejano descendiente de aquel hijo de Jur Shah salvado de la persecución mongola, Hasan Ali Shah, que es el iman número 46 de los nizaríes, recibe del sah de Irán Fath Ali el título de Aga Jan. En 1848 se instalará en Bombay, desde donde emprende la reorganización de la comunidad ismailí. Las autoridades británicas que gobiernan el subcontinente obligarán a los joyas a reconocer la autoridad del Aga Jan, lo que hicieron hasta la independencia de la India. Hoy en día, el heredero de los imanes nizaríes, y jefe del ismailismo, es Shah Karim al-Husayn, conocido como Karim Aga Jan, el cuarto en llevar este título.De Wikipedia, la enciclopedia libre.

Batalla de Gallípoli




La Batalla de Gallípoli o batalla de los Dardanelos tuvo lugar en la península turca de Gallípoli en 1915 durante la Primera Guerra Mundial. Se llevó a cabo una operación combinada entre británicos y franceses con el fin de conquistar la capital otomana de Constantinopla (la actual Estambul). El intento fracasó, y perecieron un cuarto de millón de soldados por cada uno de los dos bandos.
El control de los estrechos permitiría a Francia y Gran Bretaña revitalizar a Rusia y encerrar a los imperios centrales. Esta idea, defendida netamente por Winston Churchill, se iniciará con el desembarco de Gallípoli, pero los aliados no consiguen penetrar por sorpresa en el Imperio Otomano y fracasan en las sucesivas ofensivas. La operación fue un fracaso, aunque el cuerpo expedicionario constituye el ejército de oriente, estacionado cerca del campo de Salónica. Este ejército sostendrá enseguida a los serbios y participará en el hundimiento del Imperio Austrohúngaro.
Además,permitiría el intercambio de trigo ucraniano por armas de los aliados occidentales.El Imperio Ruso necesitaba urgentemente armamento tanto para las rebeliones internas(Revolución de Febrero y Octubre de 1917) como para enfrentrase a los Imperios Centrales que le hacían frontera (Imperio Alemán, Imperio Austro-Húngaro e Imperio Turco-Otomano).

Mustafá Kemal como comandante de la 19ª División, 1915.
El general del ejército otomano Mustafá Kemal (conocido posteriormente como Atatürk y que a la postre sería el primer presidente de la República de Turquía) desempeñó un papel primordial en esta batalla. El Imperio Otomano entró en la Primera Guerra Mundial del lado de Alemania. Kemal es destinado a Rodosto (hoy Tekirdag) sobre el Mar de Mármara. La zona a su mando incluía Gallípoli. Allí, al frente de la 19ª División tuvo una destacada actuación en las batallas de marzo y agosto de 1915 (esta última, en Sari Bair) defendiendo la zona contra el desembarco aliado de tropas inglesas, francesas y de ANZAC (Australian and New Zealand Army Corps). En esas batallas labró su fama como brillante jefe militar y se convirtió en héroe nacional, otorgándosele el título de Paşa (comandante).
La campaña se conoce en Turquía con el nombre de "Çanakkale Savaşlari". En el Reino Unido se le llama "Campaña de Dardanelos", mientras que en Australia y Nueva Zelanda se conoce como la "batalla de Gallípoli".

El reino de Meroe




Meroe es el nombre del reino que surge en Nubia (también conocido como Kush o Cush en la Biblia) de 400 adC hasta 300 ddC y lleva el nombre de su capital, la ciudad de Meroe; fue continuador del Reino de Napata.
Historia del reino de Meroe
Hacia 270 adC, el rey Ergamenes destruyó Napata y se trasladó a Meroe, que pasó a ser la capital. Aparecen en estos años varios reyes rivales, probablemente gobernando en Napata: Ardyamani, Imen Barkal, Iriqe-Pidye-qo y Sabraqamani.
Queda el recuerdo entre los historiadores romanos de enfrentamientos y tratados entre Roma y Meroe. Hacia el año 25 adC, el rey de Meroe, que ahora volvía a residir en Napata, intentó conquistar la Tebaida y ocupó Elefantina y Siena, pero fue rechazado por Petronius, que entró en Napata unos meses después de conquistar Dakka y Primis.
Entonces la reina Candaces (Kandako, moderna Cándida) o Amanirenas pidió un tratado de paz que le fue rechazado, y los romanos se llevaron miles de esclavos y botín. Finalmente la reina apeló por la paz a César Augusto, que se la concedió hacia el año 20 adC y se estableció la frontera y el reino de Meroe (Nubia) quedó libre de tributo. Primis retornó a Meroe. Progresivamente durante estos últimos siglos del milenio, el culto a Amani (Amón), el dios egipcio principal entre los nubios, fue substituido por el dios local Apedemak.
Hacia el año 250 de nuestra era, la cultura hizo un cambio radical al entrar al valle del Nilo pueblos de otros lugares identificados como grupo X. Se dejarán de erigir pirámides y surgirán los entierros en túmulos que se aprecian en el reino nubio de Ballana, donde los reyes están enterrados con sus servidores, caballos, camellos y burros. Parece que estos invasores podrían ser el origen de las tribus Tobati que dominaron Nubia al comienzo de la era cristiana. Grupos nubios llamados blemios (predecesores de los actuales beja o begeyas), hicieron incursiones en territorio controlado por el imperio romano. Diocleciano los reconoció como federados (fœderatii) del Imperio, sin embargo ciudades como Prima, Foenicon, Ciris, Tafa y Talmis, al sur de Egipto, se rindieron a los atacantes.
En 298, Roma evacuó la zona fronteriza con Meroe (es decir, con la parte norte de Nubia). El reino nubio atacó unos años después al reino de Axum (en el actual Etiopía) y en el contraataque Meroe fue ocupada y el reino se hundió hacia el año 350, fraccionándose en estados menores. Sin embargo, en el siglo V, la Tebaida estaba tan devastada que el emperador Marciano tuvo que firmar un desfavorable tratado de paz en 451 con un rey de Nubia, puede que con el del reino de Nobatia, principal reino sucesor de Meroe.Artículo Wikipedia

Conspiración Maine




Dos agentes secretos, una periodista y un enigmático profesor tendrán que descubrir lo que se oculta tras el hundimiento del Maine 1898. El acorazado Maine se hunde en La Habana aumentando las tensiones entre España y Estados Unidos. Oficialmente nunca se conocieron las causas... Una fecha que marcó el fin del Imperio Español y el inicio del poder internacional norteamericano... Una investigación para evitar una guerra, un laberinto sin salida, un electrizante thriller... Mario Escobar nos sitúa en 1898. Un acorazado norteamericano está anclado en el puerto de La Habana, pero una inexperada explosión lo hace saltar en pedazos...Las sospechas sobre quién es el causante de la catástrofe hacen que se cree un conflicto que llevará a Estados Unidos a convertirse en primera potencia mundial...Hasta aquí la historia y la versión oficial, pero...¿ocurrió realmente así? oculta tras el Desastre del 98?

El Mesías Ario



Breve Sinopsis El Mesías Ario Madrid, verano de 1914. Varios profesores se han automutilado en la Biblioteca Nacional y dos agentes, Hércules Guzmán Fox y George Lincoln, tienen que averiguar por qué lo han hecho. Todo parecer tener relación con un enigmático libro traído a Europa por Vasco de Gama en su primer viaje a la India. Ambos deberán emprender una vertiginosa carrera que los lleva de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos durante siglos. Un rompecabezas que deberá resolverse antes de que Europa entre en guerra y las profecías se cumplan.
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Mario Escobar autor de: El secreto de los Assassini



Mario Escobar Golderos.
Es historiador. Colaborador habitual de National Geographic Historia e Historia 16. Interesado en los misterios que oculta la historia, la religión y la ciencia, lleva toda una vida dedicado a desvelarlos. Con su anterior novela, El mesías ario consiguió entretener y fascinar a miles de lectores, ahora regresa con una nueva aventura de sus personajes Hércules Guzmán Fox y George Lincoln

El secreto de los Assassini



PRÓXIMO LANZAMIENTO OCTUBRE 2008


Roma, 813 año sexto del reinado de Nerón, una expedición compuesta por dos legiones pretorianas se dirige a la boca del Nilo. Su misión es descubrir un secreto que los faraones negros de Meroe ocultan desde hace siglos.
El Cairo, año 1075, el Gran Visir Bard al-Yamile recibe un extraño regalo que protegió a la peligrosa Secta de los Assassini. El arma que les ayudó a resistir a las fuerzas cruzadas y el ataque de Saladino.
Estambul, año 1914, una misteriosa princesa árabe llamada Yamile, esconde un secreto que puede cambiar la historia de la humanidad, pero tendrá que recorrer con Hércules Guzmán Fox, un misterioso millonario y sus amigos George Lincoln y Alicia Mantorella, el peligroso desierto de Egipto, luchar a los pies de la Acrópolis de Atenas y atravesar una Turquía en guerra para llegar al Valle de los Asesinos, donde se esconde un misterio terrible que puede provocar una última cruzada contra el Islam.
Un apasionante thriller en el que la realidad se mezcla con la ficción. Winston Churchill, Mustafa Kemal Atatürk, fundador de Turquía, John Garstang, famoso arqueólogo británico y escritor griego Nikos Kazantzakis son algunos de los personajes de esta novela, donde siglos de historia han sido encadenados a la leyenda. Como miles de lectores lo estarán a sus páginas.